La lluvia no estropeó la boda influencer más esperada este año, la de la gallega de moda Lucía Bárcenas el pasado 24 julio 2021. Aunque el cielo permaneció encapotado en Pontevedra buena parte de la tarde, se filtraron algunos rayos de sol para iluminar el Pazo de Oca, un precioso palacio al que los locales lo describen como “el Versalles gallego” y que data del siglo XVII. La propietaria del complejo es la duquesa de Medinaceli, prima lejana del novio y actual marido de Lucía, Marco Juncadella Hohenlohe, por lo que todo queda en familia.

Beauty look de la novia

Lucía optó por un look natural y poco cargado, para así conseguir resaltar su belleza natural sin que el maquillaje fuese el protagonista de su estilismo. Es una de las opciones que suelen elegir las novias más clásicas en su gran día y que pueden conseguir un look super profesional siguiendo un maquillaje paso a paso. El peinado consistió en un pequeño moño de bailarina bajo formado a partir de un twist y con un acabado super pulido. 

En el caso de Lucia se dejó aconsejar por su maquillador Juan Carlos, quien utilizó el sérum de Lico que lograr hidratar y preparar su piel a la perfección, el toque de color en las mejillas lo aporto él “Blush Brazziliam Summer” y en los labios el “Kisskiss Matte” en el tono Flaming Rose de Guerlain consiguiendo un labio con color muy sutil.

Un escenario de ensueño para su boda

Un escenario de ensueño que Lucía Bárcenas eligió junto a su ahora marido, para celebrar su boda influencer con un estilo de boda romántico para no olvidar. Un enlace que reunió a algunas de las caras más conocidas de las redes sociales, como María Pombo, María Fernández Rubíes y Lucía Vidaurrueta. De hecho, muchos curiosos se acercaron al Pazo de Oca para ver de cerca a sus instagramers preferidas, quienes accedieron a tomarse fotos con algunos de sus followers.

Los invitados a la boda influencer del año

De todas formas, el gran protagonismo de la tarde lo tuvieron los novios. La ceremonia, que estaba programada para empezar sobre las 16.30 horas, se retrasó un poco, aunque los primeros invitados llegaron alrededor de las 15.45h. De hecho, la primera en llegar fue la madrina y madre del novio, la princesa Cristina de Hohenlohe, que destacó por su largo vestido azul. Su hijo Marco Juncadella no tardó en llegar, conduciendo un Porsche negro. Tras aparcarlo en la entrada del conocido como Versalles gallego, Marco Juncadella se reunió con su madre y esperó a que llegaran los siguientes invitados. Las siguientes en aparecer fueron María Pombo y su esposo, Pablo Castellano. También los acompañaron su hermana, Marta Pombo, y su amiga, María Fernández Rubies.

Los invitados, entre los que también se encontraba Jaime de Marichalar, se congregaron en los exteriores del pazo, esperando que entrara la novia y empezar así la ceremonia. A medida que el reloj se acercaba a las 4:30 p.m., los invitados se acercaron a la capilla y tomaron asiento en las sillas de la pequeña iglesia anexa al Pazo de Oca. El tamaño reducido obligó a la organización, dirigida por La Petite Mafalda, a instalar sillas de madera en el exterior de la capilla. Así fue posible sentar a los invitados a la ceremonia religiosa, que se pudo escuchar a través de los altavoces instalados a tal efecto.

El momento más esperado por todos los presentes fue la aparición de la novia acompañada por su padre y luciendo una radiante sonrisa. La novia caminó con su largo e imponente velo hasta entrar en la capilla, donde la esperaba el resto de su familia y, sobre todo, el novio: Marco Juncadella.

La ceremonia, el momento más esperado

La ceremonia comenzó alrededor de las 4:45 p.m. con la esperada canción de Aleluya, resonando con fuerza en toda la iglesia. En la ceremonia religiosa se recordó cómo se habían conocido los novios y lo hermosa que había sido su historia de amor. La mayoría de los invitados, tanto sentados como de pie, siguieron la ceremonia religiosa desde fuera, esperando poder lanzarle a los novios el arroz típico para estas ocasiones.

Eran alrededor de las 5:30 p.m. cuando los gritos de alegría empezaron a oírse. Lucía Bárcena y Marco Juncadella ya tenían un sí quiero y se habían convertido en marido y mujer en esta boda influencer. Los dos desfilaron a través de la larga fila de invitados que estaban a ambos lados de la entrada de la capilla. La radiante pareja se encaminó hacia el final del viaje, donde los esperaba nuevamente el Porsche negro de los años 70 en el que había llegado Marco. El novio le abrió la puerta a su ya esposa, quien lucía una incomparable sonrisa de oreja a oreja. Lucía Bárcena, mientras su esposo arrancaba el motor, irrumpió en el techo del auto con su ramo de flores y saludando a familiares y amigos. Los dos se marcharon, esperando adentrarse en el palacete para coronar el día más feliz de sus vidas en los jardines del Pazo. Así, pudieron disfrutar de su velada romántica y seguir celebrando lo que se conoce como “Bodas de verano en Galicia”, que reunió a buena parte de los famosos y la nobleza del país.

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